Y guardaos de los falsos profetas, que vienen á vosotros con vestidos de ovejas, mas de dentro son lobos rapaces. - Mateo 7:15 (RV 1909)
Del miedo a la confianza
En un mundo lleno de voces contradictorias, el mandato de Jesús en Mateo 7:15 resuena con una advertencia clara y urgente. Nos invita a discernir con sabiduría y a no dejarnos engañar por aquellos que aparentan bondad pero ocultan malas intenciones. Esta exhortación puede despertar temor y ansiedad, pues nos hace conscientes de la presencia del engaño incluso dentro de la comunidad de fe.
Sin embargo, lejos de paralizarnos, esta advertencia nos llama a fortalecer nuestra confianza en Dios y en Su palabra. El temor que surge al pensar en falsos profetas puede transformarse en una oportunidad para crecer en discernimiento y en una fe más profunda y segura.
Practicando la confianza
La confianza genuina no se basa en la ausencia de peligro, sino en la certeza del cuidado divino. Jesús nos invita a estar alerta, pero también a apoyarnos en el Espíritu Santo que guía y revela la verdad. Al aprender a identificar las señales de falsedad, desarrollamos una fe que no se tambalea ante el engaño, sino que se fortalece en el conocimiento y la experiencia del amor de Dios.
Este pasaje nos recuerda que la apariencia puede ser engañosa, pero el fruto de la vida y el carácter revelan la verdadera naturaleza de una persona. La confianza en Dios nos permite evaluar con calma y justicia, sin caer en la paranoia, sino en la prudencia espiritual.
La advertencia de Jesús es un llamado a la vigilancia amorosa, no al rechazo temeroso. Así, podemos protegernos y también proteger a otros, edificando una comunidad basada en la verdad y el amor genuino.
Para cultivar esta confianza y discernimiento, es vital nutrir nuestra relación con Dios mediante la oración constante, el estudio de la Biblia y la comunión con hermanos maduros en la fe. Estos hábitos nos ayudan a reconocer la voz verdadera y a rechazar las falsas enseñanzas.
Además, la humildad es esencial, pues nos permite aceptar correcciones y crecer en sabiduría, evitando el orgullo que cierra el corazón y la mente al consejo divino.
- Dedicar tiempo diario a la lectura y meditación bíblica para conocer la verdad.
- Orar pidiendo discernimiento y protección contra el engaño.
- Buscar consejo en líderes espirituales maduros y confiables.
- Observar los frutos en la vida de quienes enseñan o lideran.
- Practicar la humildad para estar abiertos a la corrección.
- Fomentar la comunidad cristiana para fortalecer la fe colectiva.
- Evitar la superficialidad y buscar profundidad en el conocimiento de Dios.
- Recordar siempre que el amor y la verdad deben ir de la mano en toda enseñanza.
“Porque no todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” (Mateo 7:21)
Este versículo complementa nuestra reflexión, recordándonos que la obediencia y la autenticidad en la fe son el verdadero sello de un seguidor de Cristo. Así, al protegernos de los falsos profetas, nos acercamos más a la voluntad divina y a la paz interior que solo Él puede dar.