Reflexión sobre Mateo 24:15: "Por tanto, cuando viereis la abominación del asolamiento, que fué dicha por Daniel profeta, que estará en el lugar santo, (el que lee, entienda),"
Humildad: Reconociendo Nuestra Limitación
Este versículo nos invita a una profunda reflexión sobre la importancia de la vigilancia espiritual y el reconocimiento de los signos proféticos. La indicación "(el que lee, entienda)" es un llamado claro a la humildad intelectual y espiritual, pues no todos comprenderán sin una apertura sincera al Espíritu Santo.
Humildad es aceptar que hay misterios divinos que escapan a nuestro entendimiento inmediato y que necesitamos crecer en sabiduría para discernir los tiempos. En un mundo saturado de información y opiniones, mantener la humildad nos prepara para recibir la verdad con corazón dispuesto.
- Orar diariamente pidiendo discernimiento.
- Estudiar la Palabra con mente abierta.
- Buscar consejo espiritual en comunidad.
- Reconocer nuestras limitaciones y errores.
- Practicar la paciencia en la espera y la comprensión.
Valor: Enfrentando los Tiempos Difíciles con Fe
El contexto de la "abominación del asolamiento" nos habla de momentos de prueba extrema para la fe. En ellos, el valor no es la ausencia de miedo, sino la firmeza en Dios a pesar de la adversidad.
Este valor se nutre en la certeza de que Dios es soberano y que su plan se cumplirá. Nos llama a estar alertas, pero sin caer en el pánico, manteniendo la esperanza y la confianza en Su protección.
"Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio." (2 Timoteo 1:7)
La vigilancia espiritual es una manifestación de amor y obediencia a Dios, preparándonos para reconocer y resistir las pruebas que puedan venir.
En tiempos de incertidumbre, esta enseñanza nos invita a fortalecer nuestra relación con Dios, a no apartarnos de la oración ni del estudio bíblico. Así, podremos discernir con claridad y actuar con sabiduría.
Finalmente, este pasaje nos recuerda que la fe no es pasiva. Es un compromiso activo de estar alertas, de entender las señales y de vivir conforme a la voluntad divina, confiando en que Él guía a su pueblo hacia la victoria final.