Todas las cosas por él fueron hechas; y sin él nada de lo que es hecho, fué hecho.

Juan 1:3

Reflexión sobre Juan 1:3: "Todas las cosas por él fueron hechas; y sin él nada de lo que es hecho, fué hecho."

Lectura centrada en Jesús

Este versículo del Evangelio según Juan nos invita a contemplar la centralidad de Jesucristo en la creación y en la existencia misma. Juan 1:3 nos recuerda que Jesús no es solo un personaje histórico o un maestro espiritual, sino el agente divino por medio del cual todo fue creado. En Él está la fuente de toda vida y realidad.

En el contexto histórico, esta afirmación desafía las cosmovisiones de la época, que podían atribuir la creación a múltiples dioses o a fuerzas impersonales. Juan declara con autoridad que sin Jesús nada de lo que existe fue hecho, subrayando su divinidad y su poder creador eterno.

Seguir a Jesús hoy

Esta verdad tiene profundas implicaciones para nuestra vida diaria. Reconocer a Jesús como el creador nos lleva a una actitud de humildad y adoración. Entender que todo procede de Él nos invita a confiar en su soberanía incluso en momentos de incertidumbre o dificultad.

Además, esta perspectiva cristocéntrica nos impulsa a vivir en comunión con Jesús, quien no solo creó el mundo, sino que también sostiene y guía cada aspecto de nuestra existencia. Seguirlo es aceptar su señorío sobre nuestra vida y entregarnos a su propósito eterno.

La creación es una manifestación de su gloria, y al contemplarla podemos encontrar motivos para alabarle y agradecerle. Cada detalle, desde la inmensidad del cosmos hasta la delicadeza de una flor, habla de la obra perfecta de Jesús.

  • Jesús como creador sostiene toda la creación con su poder.
  • Sin Él nada existe, lo que nos muestra su divinidad única.
  • Reconocer esto fortalece nuestra fe y confianza en su soberanía.
  • Nos invita a una adoración profunda y constante.
  • Su obra creadora es un llamado a vivir en armonía con su voluntad.
  • Jesús no solo creó, sino que también redime y restaura.
  • Seguirlo implica aceptar su autoridad en todos los ámbitos de la vida.
  • La creación refleja su gloria y nos acerca a Él.
"En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios." (Juan 1:1)

Este versículo nos invita a ver a Jesús no solo como el Salvador, sino como el fundamento mismo de toda existencia, el Verbo eterno por quien todo fue hecho.

En la práctica, vivir bajo esta verdad transforma nuestra perspectiva: cada acción, cada decisión, se vuelve una oportunidad para honrar al Creador. La creación entera es testimonio de su amor y poder, y nosotros somos parte de ese magnífico diseño divino.

Que esta reflexión nos lleve a profundizar nuestra relación con Jesús, reconociendo en Él la fuente de toda vida y la esperanza eterna que sostiene nuestro caminar.

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