Mas á vosotros los que oís, digo: Amad á vuestros enemigos, haced bien á los que os aborrecen;

Lucas 6:27

Reflexión sobre Lucas 6:27: "Mas á vosotros los que oís, digo: Amad á vuestros enemigos, haced bien á los que os aborrecen;"

Dones de Dios

En este pasaje del Evangelio según Lucas, Jesús nos invita a un amor radical y transformador. Amar a los enemigos no es un llamado a la indiferencia o a la pasividad, sino a una acción intencional y profunda que refleja la misericordia de Dios. Este mandato nos revela un don divino: la capacidad de amar más allá de nuestras emociones y prejuicios.

El amor hacia quienes nos aborrecen es un desafío que solo puede ser sostenido por la gracia de Dios. Reconocer este amor como un don nos ayuda a entender que no es algo que podamos lograr por nuestras propias fuerzas, sino un fruto del Espíritu Santo obrando en nuestro corazón.

Mayordomía hoy

Como cristianos, somos llamados a administrar este amor como un tesoro sagrado. La mayordomía no solo se refiere a lo material, sino también a cómo gestionamos nuestras relaciones y actitudes. Amar a los enemigos es una forma de mayordomía espiritual que honra a Dios y edifica la comunidad.

Practicar este amor requiere disciplina, humildad y un compromiso firme con el Evangelio. Al hacerlo, damos testimonio vivo del Reino de Dios en medio de un mundo que a menudo responde con odio y división.

Este amor es una expresión suprema de gratitud hacia Dios, quien nos amó primero y nos llamó a reflejar esa misma bondad.

Para cultivar este amor en nuestra vida diaria, consideremos las siguientes prácticas de mayordomía espiritual:

  1. Orar por quienes nos han hecho daño, pidiendo por su bienestar y transformación.
  2. Perdonar sinceramente, dejando atrás resentimientos que dañan el alma.
  3. Buscar oportunidades para hacer el bien a quienes nos rechazan o critican.
  4. Practicar la empatía, intentando comprender las razones detrás del odio o rechazo.
  5. Evitar responder con violencia verbal o física ante la agresión.
  6. Recordar diariamente el amor incondicional de Dios hacia nosotros.
  7. Compartir testimonios de reconciliación y sanación en la comunidad.
  8. Fortalecer la confianza en Dios para sostener este amor en momentos difíciles.
"Amad á vuestros enemigos, haced bien á los que os aborrecen" es un llamado a vivir el Evangelio con valentía y esperanza, sabiendo que el amor tiene el poder de transformar corazones y sociedades.

En conclusión, Lucas 6:27 nos desafía a una mayordomía del amor que trasciende el entendimiento humano y nos invita a ser verdaderos reflejos de la gracia divina. Al abrazar este mandato, no solo honramos a Dios, sino que también construimos puentes de paz y reconciliación en nuestro entorno.

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