Reflexión sobre Deuteronomio 6:4: "Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es:"
Este versículo, conocido como el Shemá, es el corazón de la fe judía y cristiana, recordándonos la unicidad y soberanía de Dios. Al proclamar "Jehová uno es", se afirma que no hay otro dios aparte del Señor, un llamado a la fidelidad absoluta y a la esperanza firme en Él.
Esperanza en la unicidad de Dios
En tiempos de incertidumbre y desafíos, la certeza de que solo hay un Dios verdadero nos brinda una esperanza sólida. Jehová no es un dios entre muchos; es el único que sostiene el universo y nuestra vida. Esta verdad nos invita a confiar en su poder y amor inquebrantable.
La esperanza cristiana se fundamenta en esta realidad: Dios es uno y es fiel. No cambia ni falla. Por ello, podemos perseverar en nuestras pruebas, sabiendo que Él está presente y actúa en favor de quienes le aman.
Perseverancia en la fe
La declaración de "Jehová uno es" también nos llama a la perseverancia en la adoración y obediencia. En un mundo lleno de voces y falsas promesas, mantenernos firmes en esta verdad es un acto de resistencia espiritual.
Al reconocer a Dios como el único, fortalecemos nuestra identidad y propósito. Esta convicción nos impulsa a vivir con integridad, amor y esperanza, aun cuando las circunstancias sean adversas.
- Dedicar tiempo diario a la oración, reafirmando nuestra confianza en Dios.
- Estudiar la Palabra para conocer más profundamente quién es Jehová.
- Participar en comunidad para fortalecer la fe mutua.
- Practicar el perdón, reflejando el amor único de Dios.
- Evitar las influencias que nos alejen de la verdad bíblica.
- Recordar constantemente que Dios es soberano sobre todas las cosas.
- Entregar nuestras preocupaciones a Él, confiando en su cuidado.
- Vivir con gratitud, reconociendo la fidelidad constante de Jehová.
Al afirmar que Jehová nuestro Dios es uno, afirmamos también nuestra esperanza y perseverancia en Él, fundamento inquebrantable de nuestra vida espiritual.
“Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor uno es.” – Deuteronomio 6:4 (RV 1909)
Esta proclamación no solo define quién es Dios, sino que también establece la base de nuestra relación con Él. Al mantener esta verdad en el corazón, encontramos la fortaleza para enfrentar cada día con esperanza y perseverancia.
Que esta reflexión nos inspire a vivir con la certeza de que no estamos solos, que Jehová es uno y está con nosotros siempre, guiándonos y sosteniéndonos.