Reflexión sobre Hechos 1:7: "Y les dijo: No toca á vosotros saber los tiempos ó las sazones que el Padre puso en su sola potestad;"
Consuelo en la soberanía divina
En este pasaje, Jesús responde a la inquietud de sus discípulos sobre el momento exacto de la restauración del reino a Israel. Con palabras claras, les recuerda que hay aspectos del plan divino que están reservados exclusivamente a la autoridad del Padre. Este recordatorio nos invita a confiar en la soberanía de Dios, que conoce los tiempos perfectos para cada evento en nuestra vida y en la historia.
Este versículo nos conforta al saber que no necesitamos comprender ni controlar cada detalle del tiempo de Dios. La incertidumbre puede ser fuente de ansiedad, pero aquí encontramos una invitación a la paciencia y a la fe, confiando en que Dios obra en su perfecta voluntad.
Llamado a la acción y a la entrega
Más allá del consuelo, Jesús desafía a sus seguidores a enfocarse en la misión presente, en lugar de obsesionarse con los tiempos futuros. La responsabilidad que tenemos es clara: vivir fielmente y cumplir con la tarea encomendada, sin distraernos con lo que está fuera de nuestro alcance.
Este versículo nos desafía a soltar el control y a abrazar la obediencia, sabiendo que el Padre tiene todo bajo control. Nuestra tarea es ser testigos fieles y obedientes, actuando con amor y diligencia en el presente.
Reconocer que Dios tiene el control absoluto nos libera para vivir con propósito y esperanza. Al aceptar que los tiempos y sazones están en sus manos, podemos avanzar con confianza y serenidad, sabiendo que nuestra labor es parte de un plan mayor.
La historia bíblica está llena de momentos en que Dios actuó en el tiempo justo, ni antes ni después, demostrando que su sabiduría es infinita. Así, nosotros también podemos aprender a esperar con fe y a trabajar con dedicación.
- Reconocer la soberanía de Dios en nuestra vida.
- Dejar de lado la ansiedad por controlar el futuro.
- Confiar en que Dios sabe los tiempos perfectos.
- Enfocarnos en la misión que tenemos hoy.
- Orar por discernimiento y paciencia.
- Ser testigos fieles en nuestro entorno.
- Actuar con amor y diligencia.
- Aceptar que algunas cosas solo Dios las puede revelar.
- Vivir con esperanza y propósito diario.
"No toca á vosotros saber los tiempos ó las sazones que el Padre puso en su sola potestad;" - Hechos 1:7
Este versículo es un recordatorio permanente de que, aunque deseemos saberlo todo, hay misterios que Dios guarda para Él. Nuestra paz y seguridad no están en entender todo, sino en confiar plenamente en quien sostiene el mundo y nuestra historia personal.