Reflexión sobre Juan 2:22: "Por tanto, cuando resucitó de los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron á la Escritura, y á la palabra que Jesús había dicho."
Fe: El despertar de la comprensión
Este versículo nos invita a meditar sobre el momento crucial en que los discípulos, tras la resurrección de Jesús, recuerdan sus palabras y confirman su fe. La resurrección no solo valida la promesa de Cristo, sino que también despierta en ellos una profunda convicción basada en la Escritura y en la palabra viva de Jesús.
La fe que surge aquí no es ciega ni superficial; es una fe informada y fortalecida por la memoria y la reflexión en la Palabra. Los discípulos, que antes dudaban o no comprendían, ahora creen plenamente porque han visto la manifestación del poder divino en la resurrección.
Obras: La manifestación visible de la fe
La fe verdadera, como enseña Santiago, se manifiesta en obras. En este contexto, la creencia de los discípulos los impulsa a testificar, a predicar y a vivir conforme al mensaje de Cristo resucitado. La resurrección transforma no solo su entendimiento, sino también su manera de actuar en el mundo.
La confianza en la palabra de Jesús y en las Escrituras los lleva a comprometerse con una vida de servicio y amor, reflejando la gracia que han recibido. Así, la fe y las obras caminan juntas, fortaleciendo la comunidad y extendiendo el Reino de Dios.
Este pasaje nos recuerda que la fe no es un estado estático, sino un proceso dinámico que crece al recordar, meditar y vivir la palabra de Dios.
- La resurrección confirma la verdad de las Escrituras.
- Los discípulos recuerdan y comprenden las promesas de Jesús.
- La fe se fortalece al meditar en la palabra.
- Las obras nacen de una fe auténtica y viva.
- La experiencia personal con Cristo impulsa la misión.
- La Escritura y la palabra de Jesús son inseparables en la fe cristiana.
"La fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios" (Romanos 10:17). Este versículo complementa la reflexión de Juan 2:22, mostrando cómo la palabra es el medio por el cual la fe se arraiga y crece.
En conclusión, Juan 2:22 nos desafía a recordar que la fe verdadera nace del encuentro con la palabra viva de Dios y se manifiesta en obras que reflejan ese encuentro. Que esta verdad nos impulse a vivir cada día con una fe activa y transformadora.