No os juntéis en yugo con los infieles: porque ¿qué compañía tienes la justicia con la injusticia? ¿y qué comunión la luz con las tinieblas?

2 Corintios 6:14

Reflexión sobre 2 Corintios 6:14: "No os juntéis en yugo con los infieles"

Qué dice el versículo

El apóstol Pablo nos exhorta en 2 Corintios 6:14 a no unirnos en yugo con los infieles, planteando una pregunta retórica que nos invita a reflexionar: ¿qué comunión puede haber entre la justicia y la injusticia, o entre la luz y las tinieblas? Este mensaje, tomado de la versión Reina-Valera 1909, nos confronta con la realidad de que las alianzas profundas con quienes no comparten nuestra fe pueden afectar nuestra integridad espiritual.

Qué hacemos con esta enseñanza

En un mundo donde las relaciones y las alianzas son inevitables, esta advertencia nos llama a discernir cuidadosamente con quién compartimos nuestros valores más profundos. No se trata de rechazar a nadie, sino de evitar compromisos que puedan debilitar nuestra fe o alejarnos del camino de justicia que Dios nos invita a seguir.

La imagen del yugo es poderosa: un yugo une a dos animales para que trabajen juntos, compartiendo cargas y dirección. Si esos animales van en direcciones opuestas, el esfuerzo será en vano y causará daño. Así, Pablo usa esta metáfora para ilustrar la importancia de la unidad en la fe y en la justicia.

Esta enseñanza tiene una dimensión práctica en nuestras relaciones cotidianas, ya sea en amistades, pareja o asociaciones laborales. Nos invita a evaluar si nuestras relaciones fortalecen nuestra vida espiritual o si, por el contrario, nos exponen a influencias que nos alejan de Dios.

Es fundamental recordar que nuestra comunión con Dios se refleja en las relaciones que cultivamos y en las decisiones que tomamos. Por eso, debemos buscar la compañía que edifique nuestra fe y nos impulse a vivir conforme a la luz y la justicia.

En la historia de la iglesia, este versículo ha sido una guía para mantener la pureza doctrinal y espiritual, pero también para fomentar relaciones basadas en la verdad y el amor genuino, no en compromisos que puedan corromper nuestra alma.

Finalmente, esta reflexión no es para aislarnos, sino para proteger nuestro corazón y caminar con firmeza en la voluntad de Dios.

  1. Examina tus relaciones más cercanas y evalúa si te acercan o te alejan de Dios.
  2. Ora por sabiduría para discernir con quién debes compartir vínculos profundos.
  3. Busca compañía que te inspire a vivir en la luz y la justicia.
  4. Fortalece tu vida espiritual para resistir influencias negativas.
"¿Qué comunión tiene la luz con las tinieblas?" — 2 Corintios 6:14

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