Y he aquí, yo vengo presto, y mi galardón conmigo, para recompensar á cada uno según fuere su obra.

Apocalipsis 22:12

Y he aquí, yo vengo presto, y mi galardón conmigo, para recompensar á cada uno según fuere su obra. — Apocalipsis 22:12 (RV 1909)

Qué nos dice este versículo

Este poderoso mensaje final de la Biblia nos recuerda la pronta venida de Cristo y la certeza de que cada persona recibirá su recompensa conforme a sus acciones. En un contexto donde el Apocalipsis concluye la revelación divina, esta declaración es una promesa y una advertencia, resaltando la justicia de Dios y la importancia de vivir con propósito y fidelidad.

La frase "yo vengo presto" indica inmediatez y urgencia, invitándonos a estar preparados constantemente. El "galardón conmigo" señala que Jesús trae consigo la recompensa, la cual será otorgada de manera justa, sin parcialidad, según las obras de cada uno.

Qué debemos hacer

Esta verdad bíblica nos llama a la reflexión y a la acción. Estamos llamados a vivir con integridad, a cultivar frutos que honren a Dios y a perseverar en la fe. No es simplemente esperar pasivamente, sino adoptar una vida activa de buenas obras y amor genuino.

Recordar que nuestras acciones tienen consecuencias eternas debe motivarnos a buscar la santidad y la justicia, confiando en la gracia divina pero también en nuestra responsabilidad personal.

La venida de Cristo es segura y su recompensa justa, por eso debemos vivir con un corazón vigilante y comprometido.

  1. Examina tu vida y reconoce áreas que necesitan cambio y arrepentimiento.
  2. Fortalece tu relación con Dios a través de la oración y la lectura constante de la Palabra.
  3. Sirve a los demás con amor y humildad, reflejando el carácter de Cristo.
  4. Vive con la esperanza activa, recordando que cada obra tiene su galardón.
"No seamos como aquellos que esperan sin prepararse, sino como siervos fieles que aguardan la venida de su Señor con diligencia y gozo."

Al meditar en Apocalipsis 22:12, somos llamados a una vida de vigilancia y fidelidad. La esperanza de la recompensa eterna debe ser un motor que impulse nuestras acciones diarias, dando sentido y dirección a cada paso que damos.

En un mundo lleno de incertidumbre, esta promesa divina es un ancla segura para el alma. Nos invita a mantenernos firmes, sabiendo que nuestra labor no es en vano y que el premio eterno está garantizado para quienes perseveran en la fe.

Que esta reflexión nos inspire a vivir con propósito, confiando en que Cristo vuelve pronto y que su justicia traerá la verdadera recompensa para todos según sus obras.

Encuentra versículos bíblicos para cada momento

)